No cabe duda que cuando observas o tratas a un fanático puede ser altamente divertido y ocasionalmente peligroso, los hay principalmente en la política, en la religión, en los negocios y claro no podía faltar en la diversión, para ellos de antemano mis disculpas.
Comentare en esta ocasión del futbol, por que al ser el deporte rey mundial, el que más dinero y gente mueve, además de que en estos precisos momentos estamos a punto de entrar en las semifinales del mundial Sudáfrica 2010, pues es lo de moda, eso sí espere un tiempo mínimo prudente después de la nada sorpresiva eliminación de la selección mexicana de futbol, para que, los que tuvieran que llorar, revolcarse, disculparse, escudarse, renunciar y verbos similares lo hicieran. De tal forma que con la caguama ya expulsada del cuerpo y sus vapores del entendimiento me di a la tarea de comentar al respecto.
En primer lugar opino que el futbol es un deporte de exigencia física como pocos, muy estético cuando los jugadores entregan verdaderas joyas hechas con los pies, de estrategia impresionante cuando se aprecia con la tecnología la magia de las jugadas, de pasión como lo demuestran sus seguidores con acciones que van de sublimes a otras que generalmente rayan en la locura. Difiero pues, totalmente de aquellos miopes “socialdeportivos” que dicen que el futbol son 22 locos tras una bola que se patea.
Desgraciadamente para nuestro futbol nacional, cuando no es por el jamaicón, es por el teutón, que siempre paran a la selección, siendo en el mejor de los casos cuartos de final (como ocurrió en México 86), pero, de inmediato la inmensa mayoría de los cronistas deportivos, como los mismos seguidores del balompié, llueven sin que nadie les pida las excusas… que si el arbitraje, que si el técnico, que si el clima, que si la injusticia, que si el balón, etc, todo menos que admitir que simplemente se falló a la hora del hora.
Pero bueno… en mi particular forma de apreciar las cosas digo que la maldición de la selección mexicana que no le permite ganar el tan ansiado quinto partido y mucho menos una copa del mundo, a pesar de tener jugadores nacionales excelentes, no es el malinchismo que reclaman algunos fanáticos a los escasos mexicanos que se atreven a criticar a la selección, tampoco es la mala vibra, tampoco son los tacos (de futbol claro), tampoco es la marca Adidas quien fabrica el balón, etc….. noooo por favor, no nos hagamos pen... de lejos.
Todo se origina desde mediados del siglo pasado, y con trasmisión televisada de los partidos, cuando trágicamente el futbol fue descubierto como medio poderoso de influencia en la mexicanada, mala suerte para el deporte, bueno para los hombres de negocios y gobernantes de México.
Somos muchos los que desde nuestra infancia compartimos las emociones que van desde los campeonatos de los equipos profesionales de México, pasando por la copa libertadores, la copa América, la liga de campeones, entro otros y claro principalmente la copa del mundo. Los motivos además de los inherentes al juego que ya fueron previamente comentados, es también, que la caja que idiotiza, o sea la televisión, se dio cuenta que por medio de este deporte entraría en la mente de los mexicanos con mayor sutilidad que con chespirito y con tanta fuerza como las taranovelas. Es pues sin lugar a dudas el deporte que ocupa más tiempo en trasmisiones y el cual presenta un “rating” impresionante.
Esta trasmisión de temporadas y competencia del balompié nacional se convirtió en el bálsamo del merolico que cura y alivia todo, desde crisis económicas, abusos de poder, robos a la riqueza nacional, asesinatos políticos, entreguismo al extranjero, etc… no hay reclamo que se resista, ni indignación que se le oponga. Es la fiesta, la juerga, la ida al ángel, es darse en la “madre” con la porra rival, es sacar pues con fiesta, lo que se debiera sacar con acciones especificas.
El colmo llega ahora, protagonizándolo el descaro, la pérdida absoluta del piso y la memoria, Cuando en un esfuerzo desesperado de la oligarquía mexicana asociada al gobierno, quienes ya no encuentra como enfrentar todas las desgracias económicas en que metieron a este país, sin saber cómo enfrentar la división profunda que genero el abismo de ricos y pobres, con la inseguridad imparable, y demás problemas que demuestran la ingobernabilidad actual, recurren a su panacea: el futbol. Y ahí tenemos al imbécil de Aguirre hablando al más puro estilo de político de zócalo, que ya dejemos el México de los prejuicios, que hora si va en serio, dejaremos al ya merito y llegaremos al sí se pudo, y pura verborrea de ese tamaño… estaba envalentonado el “vasco”, le dieron cuerda los señores del dinero y los medios, pero no le buscaron el precio a Uruguay y no se lo llegaron a la Argentina y antes de cumplir su mínima promesa que era el quinto partido nos mandaron nuestro atole de regreso con carácter de reprobado.
Por primera vez, me dio gusto que le metieran 3 goles a México, lo disfrute como autentico mexicano, como verdadero patriota que sabía que de no ser así, al continuar nuestro país en la competencia, se continuaría en ese trance que raya en la estupidez y que evita ver la realidad social que se vive. Gracias cuerpo arbitral, gracias Osorio, Gracias Apache, sin saberlo con cada gol que originaron le dieron un despertar más sutil a muchos mexicanos que el que produce la necesidad, la injusticia, el crimen y el desempleo.
Es pues en resumidas cuentas un acto de mal gobierno el cargar en un seleccionado de futbol la responsabilidad de mantener a los mexicanos alejados de su realidad, forzando la situación: generando expectativas grandiosas con mucha anticipación, sembrando un nacionalismo falso y nocivo, que explota al máximo la imagen de los jugadores quienes embrutecidos por el dinero, los halagos y las esperanzas, No salen al campo de juego a competir, divertirse y dar lo mejor de sí mismos, salen a dar la cara por una causa oscura y funesta que significa la desgracia de millones de connacionales.
Así pues, contrario a los más escépticos, pienso que México llegará a ser un día campeón del mundo de futbol y levantar la ansiada copa para su grande y sufrida afición, pero antes que eso tiene que levantar la cara y resolver eficientemente sus problemas socioeconómicos históricos, los demás llegará enseguida por lógica elemental.
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