Una de las cuestiones que nos narra la historia de México que ayudaron a los españoles durante un buen tiempo para no ser atacados y vencidos por los nativos de nuestra tierra, fue que en un principio tuvieron el cuidado de evitar a toda costa lastimarse frente a los indígenas, al igual que sus caballos si llegaban a enfermar o morir fueran enterrados de inmediato para que se siguiera pensando que eran animales divinos.
Esta estrategia y/o vicio por querer aparentar ser indestructible, infalible, inescrutable y mafufadas que se le parezcan, sigue vigente por los gachupincitos y vendepatrias que quieren seguirse presentando como superhombres que burlan a la adversidad.
Dos casos grotescos y reales: No hace mucho tiempo en los cielos de la Cd de México trono un avión privado al más puro estilo de judas de semana santa, entre los ocupantes estaba un tal juan camilo mouriño, cosa dignas de comentarse por lo vergonzosas para nuestra política, era que tal personaje fungía sin ser mexicano (ya que nació en España) como secretario de gobernación de nuestro país y se había enriquecido brutalmente a través de regalitos que tanto acostumbran nuestro políticos darse a través de petróleo mexicanos, de alguna obra buena nada, pero bueno el flamante secretario acudió a uno de los estados más controlados por el narcotráfico a una supuesta reunión de seguridad nacional y nunca regreso para comunicar sus brillantes deducciones a sus jefes en la capital.
El cuento colonial (como llamare al estilo literariol) que se manejo fue: que todo fue un accidente, el piloto del poderoso jet, no se había tomado su red bull y en vez de poner piloto automático puso “autoencendido” y pues el resto ya lo saben fue un error humano. Se busca actualmente canonizar al político ya que murió en los cielos de México en el cumplimiento de su deber porque ya lo requería San Charbel para su gabinetazo; Moraleja para la indiada… nadie se mete con un gachupin de la derecha mexicana, solo nos abandonan para buscar nuevos lugares que colonizar.
Segundo cuento: Hace unos días en un acto de “desaparición de persona” al más puro estilo de Haudini o Mandrake el ex senador y ex candidato a la presidencia Diego Fernández de Cevallos nos abandonó y todos los escritores de noticieros televizca, tv apesta, la voz de las empresas, y hasta el premiado Enrique Krauze con apoyo de Jaime Maussant se encuentran preparando un digno final para su envestidura…. Existen las siguientes conjeturas:
. Fue secuestrado por un ovni para buscar si hay vida inteligente entre los políticos mexicanos.
. Fue contratado por Hollywood en secreto como modelo para la nueva estatuilla del oscar.
. Como es todo un gallazo de las pollitas, lo tienen como semental en una villa secreta del yunque en Querétaro.
. Lo contrato el gobierno de Grecia para que les diseñe un Fobaproa exitoso como el nuestro.
. Se encuentra pactando un tratado de libre comercio nuclear justo entre Iran y EU.
El cuento final será de excelencia, digno de su linaje, digno de ese hombre barbado que es llamado por su gente como “el jefe diego”, digno de esos hombres que presumen una barriga de fierro y que no mueren, solo trascienden a los fulgurantes cielos de la derecha.
Lo cierto es que razones lógicas, reales para un trágico desenlace existen: El hombre como político fue uno de los principales operadores de TLCAN, del FOBAPROA, de las concertacesiones, como legislador mexicano traiciono su fuero al defender particulares en contra del Estado Mexicano que decía representar ocasionando pérdidas millonarias para las arcas públicas, fue representante de las clínicas donde se atendían narcotraficantes, etc, dicho en otras palabras se metió a lo hondo del rio y los riesgos todo mundo lo sabe, porque aunque la inmensa mayoría de los mexicanos no somos criminales, hay gente con la que tuvo trato, donde se puede decir metafóricamente y sin exagerar que “le jugo las barbas al diablo” y muchos de esos cuentos pos´ terminan mal.
NOTA: No me alegra en lo más mínimo lo que pasa en nuestro México, lo que si me preocupa es que por cada caso Paulette y Caso Martí, al cual le brindan todos los reflectores, los peritos mexicanos y del extranjero, los policías y ministerios públicos habidos; hay cientos de niños y adolescentes en México que mueren en el más cruel anonimato.
Por cada caso Cevallos y Mouriño, donde se pone al servicio al ejercito, a las corporaciones policiacas, existen infinidad de secuestrados y asesinados diariamente en nuestro país que nadie extraña, ni reclama, ni investiga.
Y pues….
Por las de arena son las de cal, ni modo.
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